He leído artículos en los que se denigra de Bitcoin y el concepto que involucra sin aportar mayor argumento que el miedo: a que no funcione, a que no llegue a utilizarse como moneda de intercambio, a ser un juguete de especuladores. No he encontrado argumentos solidos que pongan en entredicho el potencial de esta nueva forma de gestionar el dinero P2P con la más abosoluta seguridad y anonimato.
Bitcoin, el nuevo concepto de dinero virtual, descentralizado, está derribando paradigmas. Hasta hace unos meses a la mayoría de nosotros nos parecía inconcebible que pudiese circular el dinero entre la gente sin necesidad de un banco central, de un ente regulador. Disponer de una transferencia emitida en China a nuestra cuenta en el otro lado del mundo, en minutos y sin mayores costes financieros era, hasta ayer, tema de ciencia ficción.
Cada vez surgen nuevas y mejores aplicaciones para utilizar monederos virtuales en nuestros smartphone y pode pagar nuestras compras diarias con solo escanear un código QR e indicar el precio acordado. Pronto nos acostumbraremos a ver código QR asociado a Bitcoin en la entrada de cada tienda, como era habitual con las pegatinas de Visa y MasterCard.
Comienzan a surgir multitud de oportunidades de negocio. Todo cambia, más fácil, más rápido.
Hay quienes argumentan que Bitcoin es un juguete de especuladores ricos, pero una vez que se estabilice su precio, Bitcoin será la mejor herramienta de ahorro para quienes no pueden realizar inversiones en commodities. Bitcoin les garantizará a los más pobres que no perderán el valor adquisitivo de sus ahorros y, lo más importante, ningún gobierno podrá confiscarlo.
Puede que Bitcoin no termine con el dinero fiduciario, ni creo que sea su objetivo, pero habrá un antes y un después de Bitcoin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario